![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc-W7QMFbMb1lBVTjFkjU5xZ10CHQc22QbjNFPPUp7M7pTTB7AHuSuEN9q-NOEW2iFD_yBgGc6Fmd7fTds-cinxhF6aiW4tAC3c6meU8qPVx8ayb4MUUCgflKglLbS_svrRa4Tzt87kWiJ/s400/P1120749.JPG)
Málaga está siendo extraña. Me voy. Aún no sé a dónde. Pero qué extraña sus aceras. Ahora los fines de semana. De lunes a viernes vivo en una cafetería, a treinta minutos en tren de esas aceras. Qué extrañas. Hoy he salido a fotografiarla. Como quien observa por última vez un cuerpo desnudo. Casi con vergüenza, casi con la misma desnudez, una junto a la otra. Como a una amante. Cómo la he querido, me decía. Cómo me gusta esta ciudad, me decía. Cómo voy a echarla de menos. Como a una amante, la he capturado en siete imágenes. Qué extrañas sus aceras. Y ese malestar tan de repente. Por si acaso, siete fotografías. Y decir, quién sabe, me voy. Quizás por el adiós. Como a una amante. Cuánto la quiero. Cómo la echo de menos. Cómo me gustó estar allí.