domingo, 21 de junio de 2009
La situación es la siguiente: mientras estudio la variación intencional o impropia en el lenguaje llevo un dedo a mi lengua -por asociación de ideas-, paso las manos por mi pelo, pestañeo el sueño varias veces, bostezo y me toco periódicamente la nariz hasta que, de repente, me doy cuenta: el olor de mi saliva me recuerda a ti.
Me recuerda a ti. Abajo los perfumes.
viernes, 12 de junio de 2009
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