domingo, 21 de junio de 2009
La situación es la siguiente: mientras estudio la variación intencional o impropia en el lenguaje llevo un dedo a mi lengua -por asociación de ideas-, paso las manos por mi pelo, pestañeo el sueño varias veces, bostezo y me toco periódicamente la nariz hasta que, de repente, me doy cuenta: el olor de mi saliva me recuerda a ti.
Me recuerda a ti. Abajo los perfumes.
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5 comentarios:
¡Abajo los perfumes!
¡jajajaja!
huele más el recuerdo.
¡Abajo también las colonias y los desodorantes axilares,penales y vaginales!
¡Abajo los maquillajes y las cirugías!
¡Abajo todo lo que impida la glorificación de los cuerpos!.....
¡Ay juventud,divino tesoro!...
El porquero. Un maquillado beso.
¿A él? ¿A mí? ¿O al fin de los tiempos?
¡Ay qué ver lo que estudias!
El es, todo, un recuerdo de ti misma.
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