domingo, 5 de octubre de 2014
ESTA MAÑANA
Esta mañana la luz era radiante. Salimos al balcón para desayunar y el verde era eterno hacia el cielo. El cansancio inundaba mis músculos (¿o era la calma?). La luz nos invadía hasta la nuca. El pájaro cantaba su lema diario: repetía aquella luz en mis oídos.
No nos hemos cambiado de ropa aún: la hora no ha ordenado el tiempo. La luz está cayendo ahora sobre el árbol hasta el suelo. ¿Puede ser radiante la noche? La calma (o el cansancio)es sin edad.
Hay algo sin final en este día pero qué palabra elijo para no imaginarlo.
domingo, 21 de septiembre de 2014
martes, 26 de octubre de 2010
DESPEDIDA
Después de tantas despedidas
y desde este frío que me tirita dentro
te lo digo.
Sobre tus ojos
que hace meses que no veo
y hace meses que no brillan
te lo digo.
Con la fuerza de afirmar
que no poder más
no es una frase hecha
y es mi firma.
Te lo digo y sé
que sólo las palabras cesarán
-y no el perfume, y no la imagen
ni la voz en el recuerdo-.
Puedo decirlo porque creo
-y estoy equivocada-
que el dolor me da derecho
y lo digo:
el epicentro de mi alma
está en el mundo
(y eres tú).
II
Más tarde, en este bar
o en cualquier otro
que alguien lo relate:
leyó un poema y decía que te quería,
leyó un poema y parecía que llorara,
leyó un poema y prometió
que era el último homenaje a su tristeza.
viernes, 15 de octubre de 2010
Carmen Boza
Gema Cuéllar
María Alsondelpez
Farrah Márquez
José Antonio Delgado
Marcos Alonso
Alfonso Moreno
Curro Ayllón
Ito Miranda
Diego Losada
Antonio Buch
Rafa Toro
Alberto García
Fernando Lobo
Luis Martos
Precio de la entrada: 2 euros. ¡Animaos!
lunes, 4 de octubre de 2010
Málaga está siendo extraña. Me voy. Aún no sé a dónde. Pero qué extraña sus aceras. Ahora los fines de semana. De lunes a viernes vivo en una cafetería, a treinta minutos en tren de esas aceras. Qué extrañas. Hoy he salido a fotografiarla. Como quien observa por última vez un cuerpo desnudo. Casi con vergüenza, casi con la misma desnudez, una junto a la otra. Como a una amante. Cómo la he querido, me decía. Cómo me gusta esta ciudad, me decía. Cómo voy a echarla de menos. Como a una amante, la he capturado en siete imágenes. Qué extrañas sus aceras. Y ese malestar tan de repente. Por si acaso, siete fotografías. Y decir, quién sabe, me voy. Quizás por el adiós. Como a una amante. Cuánto la quiero. Cómo la echo de menos. Cómo me gustó estar allí.
jueves, 23 de septiembre de 2010
Las ganas de saber, clasificar los recuerdos, darle nombre a las siluetas para vislumbrar las formas, no echarte de menos con el alma, ni siquiera con los dedos, amontonar sensaciones fuera de mí -eso no es mío, eso tampoco-, vivir en otro lugar,dosificar los sueños, el sueño, paladear un almuerzo y una cena, y otro almuerzo y otro y, mientras tanto, reír. Ser capaz de reír. A carcajadas. Y en esa risa, imperceptible, un tono gris, una nota más abajo de la otra, quién lo diría.
Clasificarte. Ahora no. Pasado. Por favor, ahora no.
Verte en mis ojos. Trescienta treinta y siete posturas diferentes: cuánta observación. Nunca lograré entender la manera en que me quisiste. Tanta entrega. La última. El desapego. Verte y saber por qué estás ahí: para evitar que lo más obvio caiga en el olvido. Lo más obvio: las ganas de romper los archivos, el impulso, dejar de conocer y no saber de nada más -nunca más- salvo de ti y de mí.
(Yo también.)
sábado, 4 de septiembre de 2010
jueves, 12 de agosto de 2010
jueves, 5 de agosto de 2010
Para ti.
Tenía que decirte que nada, ni los niños que gritan por la calle, los semáforos en ámbar, el sol de este agosto punzante, las uñas cascadas, absolutamente nada, la televisión, el romero de las gitanas, ni las cervezas con amigos, ni otros abrazos, ni la enfermedad, ni el dinero, la promesa de un trabajo permanente, la limpieza de mi casa, mi cama hecha, mi preocupación, amanecer cantando, los espaguettis con nata, ni las promesas, la poesía, ni ese blog. Nada va a hacer que me olvide de ti.
Tampoco esa Farrah que conoces: ni su tristeza, ni su alegría.
martes, 8 de junio de 2010
jueves, 7 de enero de 2010
Un año
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
para ver cómo crece la hierba del estío.
Walt Whitman
Ya no escribo porque ya no sufro como antes. Tengo que encontrar nuevos temas, tengo que aprender técnicas nuevas. O sencillamente escribir. Escribir. Qué difícil.
Lo único que he sido capaz de hacer en este tiempo es mirar a mi alrededor -mirar su cuerpo- y pensar: "que no se me olvide; por favor, que nunca, nunca se me olvide".
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar en lo que escribo.
Blas de Otero
"El poder de la palabra" es una expresión que está de moda y ciertos sujetos se la agencian, sobre todo, cuando quieren verse dignos delante de un espejo: es su arma más poderosa. Sin embargo, la palabra es más que eso, y también es menos. Es menos cuando alguien reduce el mundo a blanco y negro, círculos o rayas, bien o mal, sin saber que se está conformando sólo con las esquinas (afortundamente, esto que nos sucede va de matices). Cuando alguien asegura que al cerrar los ojos vio un árbol o una casa está rompiendo el molde mismo de la imaginación, ya no vio nada, de hecho ya casi ni cerró los ojos. Esto es lo que creo que hace la palabra y lo que la domina: limpia de asperezas la figura, fija cada cromo en su lugar, da esplendar, al fin, a lo quesomos. Porque eso sí, si hemos llegado a ser lo que somos ha sido gracias (¿gracias?) a la comunicación, gracias al lenguaje. Estamos, pues, forzados a ubicar cada impresión real o imaginaria en un lugar adjudicado entre la A y la Z y s un triste engaño aquello de que la palabra nos hace libres.
Sin embargo, a veces ocurre el milagro y en un banco del parque María intenta relatar aquel concierto, aquella canción que... O Rosa, que no soporta su incapacidad para explicarle a Juan qué sentía exactamente mientras su hijo iba creciéndole en el vientre, y ella seguía sin saber cómo decir y no supo hasta que un día su hijo dijo "papá" y Juan lloró durante horas y Rosa comprendió que él había comprendido. A veces ocurre que una tarde transcurre entre lubricante sexo comentado, entre palabras que pervienten al oído y fantasías relatadas con tacones de aguja y sin embargo, justo en el último segundo, el grito se hace lengua y se respira, se palpa o se hace venas. Y ya no hay nada más que decir.
En definitiva, a veces ourre que la vida se mata y se recrea en un instante y golpea enfurecida a las palabras o las barre con delicadeza o cimplemente las acompaña abdicar. Yo tengo la impresión de que mis dás van de salto en salto buscando inexorable esos momentos. Entre tanto, me esfuerzo por rellenar las hras vanas con letras ajenas o imágenes prestabas buscando que, coo mínimo, esto que nos resta sea un inmenso juego de palabras.
sábado, 15 de agosto de 2009
Quiero decirlo ahora
Porque si no después las cosas se complican.
Soy peor todavía de lo que muchos creen.
Me gusta justamente el plato que otro come
Aburro una tras otra mis camisas
Me encantan los entierros y odio los recitales
Duermo como una bestia
Deseo que los muebles estén más de mil años en el mismo lugar
Y aunque a escondidas use tu cepillo de dientes
No quiero que te peines con mi peine
Soy fuerte como un roble
Pero me ando muriendo a cada rato
Comprendo las cuestiones más difíciles
Y no sé resolver lo que en verdad me importa.
Así puedo seguir hasta morirme:
Ya ves soy lo que llaman
El clásico maníaco depresivo.
J. A. Goytisolo
jueves, 2 de julio de 2009
Verano.
Verano.
Verano.
Lo voy a repetir
como se repite un conjuro.
Verano.
Verano.
Verano.
Que este calor que siento
no me entregue sequedad
ni me dé paz;
que no haga nada.
Verano.
Verano.
Verano.
Como un conjuro
te repito y te busco
en la fuerza de las llagas,
en el sol que late en mis hombros.
Me buscas y me repites:
verano, verano, verano.
No me queda más que conjurarte.
domingo, 21 de junio de 2009
La situación es la siguiente: mientras estudio la variación intencional o impropia en el lenguaje llevo un dedo a mi lengua -por asociación de ideas-, paso las manos por mi pelo, pestañeo el sueño varias veces, bostezo y me toco periódicamente la nariz hasta que, de repente, me doy cuenta: el olor de mi saliva me recuerda a ti.
Me recuerda a ti. Abajo los perfumes.
viernes, 12 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
Ohana
Mi hermana mayor se sienta delante de mí. Mira su móvil. Está aburrida. Oigo lo que dicen mis tías: hablan de hijos, sobrinos y nietos. Observo a mi madre, a lo lejos: ríe. Sus amigas le acompañan en la risa. Detrás de la barra mi padre cocina. Uno de mis tíos corta jamón serrano. Otro sirve vino dulce en vasos diminutos. Los hielos se derriten en mi copa. El calor se precipita en la nuca de los niños que juegan bajo el sol del mediodía. Alguien ordena la música según us preferencias. Mi sorbina se acerca y me muestra con pudor una rodilla que sangra. Mis tías hablan ahora de sus pasados veinte años. Mi hermana mayor limpia la herida de Celia. Mi madre me observa. Sonrío. Alguien con micrófono imita a Raphael. Mi familia. Mi familia
Desde que llegué no me hago otra pregunta: ¿si Cortázar los hubiera conocido, qué clase de relato habría escrito de ellos?
viernes, 15 de mayo de 2009
lunes, 27 de abril de 2009
Igual que un niño grita porque grita el sueño,
bajo el cielo gris de mil atascos,
en un mercado, gritando el mundo entero
porque yo grito.
Las parede envueltas en telas hechas
de la roja piel del alacrán
y todo el mundo ríe y se emborracha de frío y sed
y a todos los niños les gritan los sueños
y las mujeres visten sus ojeras de carmín
y las ventanas son cortinas bermejas de papel.
Así, celebrando todos juntos
el terco olor del hierro en mi garganta.
Vuelvo a estas instrucciones que me entrega la memoria,
a bañarme en mi sangre,
de nuevo a masticar claveles rojos.
En olvidarte te has ido.
(junio de 2007)
martes, 14 de abril de 2009
Madrugada de sábado
tu boca tu boca tu boca tu boca
voy a decir tu boca
ya no me importan los versos inquietos
los verbos inmensos
tu boca que me duele porque me duelo
en el espejo tu boca
respira mi herida
tu boca mar saliva
tu boca tu boca tu boca
recuerdo tu boca tu boca riendo
tu boca invisible en mi cuerpo
respiro el alcohol de este sábado
tu voz tiembla mis dedos
vibra mi baile arruinado
mi ron por tu boca
esta canción
este poema tan lejos de tu boca
por tu boca
viernes, 10 de abril de 2009
martes, 7 de abril de 2009
Crisis
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