jueves, 5 de agosto de 2010

Para ti.




Tenía que decirte que nada, ni los niños que gritan por la calle, los semáforos en ámbar, el sol de este agosto punzante, las uñas cascadas, absolutamente nada, la televisión, el romero de las gitanas, ni las cervezas con amigos, ni otros abrazos, ni la enfermedad, ni el dinero, la promesa de un trabajo permanente, la limpieza de mi casa, mi cama hecha, mi preocupación, amanecer cantando, los espaguettis con nata, ni las promesas, la poesía, ni ese blog. Nada va a hacer que me olvide de ti.


Tampoco esa Farrah que conoces: ni su tristeza, ni su alegría.