sábado, 21 de febrero de 2009

Inmortalidad

Si temierais morir, abrid los ojos.

Vicente Gallego


La inmortalidad es sólo cuestión de tiempo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Tengo una rosa junto a mi cama. Por lo visto, dura varios años y no hace falta que la riegue.
Para mí es estupenda (no importa el amor que sientiera por mi rosa: probablemente olvidaría regarla cada día). Quien la consiguió me conoce bien.
¿Qué diría el Principito de todo esto?

sábado, 14 de febrero de 2009

Primavera



Estudio el estado de la lingüística en la Edad Media. Muchas veces me pregunto cuánto tiene de ventajosa esta época en la que vivo respecto a las anteriores. Es cierto, tenemos vidas largas, pero tengo la impresión de haber pagado por ello un precio demasiado alto. En algún bolsillo de la mochila que cuelga en esa pared hay un trozo de plástico con mi fotografía, mi firma y nueve dígitos que me componen. Esa soy yo. Por si acaso, también está impreso mi nombre: Carmen Inmaculada Márquez Barboteo. Esa no soy yo, pienso.


Vivimos mejor: tenemos coches, tenemos cómodas casas, tenemos demasiada ropa, comida prefabricada, tenemos vibradores, cuchillas de afeitar, televisores, equipos de música, tenis, tacones, botas, patatas de bolsa, tenemos secadores de pelo, duchas. Yo diría que nosotros no tenemos: nos tienen. Creemos que vivimos mejor cuando la verdad es que, en la mayoría de los casos, no conocemos otra forma de vida que no sea esta.


Yo no soy una serie numérica ni mi talla de sujetador, ni soy lo que como -a pesar de lo que digan los nutricionistas-, no soy lo que calzo ni lo que elijo ver por televisión. Si me despojaran de este carnet y del resto de objetos que creo que me pertenecen o a los que creo pertenecer, seguiría viva y probablemente más cerca de cualquier verdad, y más lejos del plástico. Pero la elección es mía y no la hago. Siempre pienso: aún no sería capaz. Así que me limito a saborear los segundos febriles que esta realidad me ofrece, de vez en cuando.


Por ejemplo, ahora. Estudio en una habitación cercana al mar y por algún fino resquicio entre las ventanas ha llegado a esta parte del cuarto un aroma distinto. Este año se está adelantando. Olvido la Edad Media, arrojó la lingüística a otra parte y me centro en ese rastro que deja el aire calentado en las cortinas: la primavera no puede fabricarse y por eso me gusta.

lunes, 9 de febrero de 2009

Una tarde de sol


Guardo una tarde de sol por si la quieres,
ese es un tesoro que nadie podra arrebatarte.
Manolo García
el verano llegará en algún mes par
en el que puedas ordenar tus sueños
bajo el sol de hierro del agosto temprano
y amanecerá azul tu mirada
y el mar será una lágrima por ejemplo
o tu cuerpo ondulado o tu saliva

llegará el verano para darte fiebre
y ese destierro que muerde tus talones
se tumbará a mirarte como juegas
con la arena con el canto de cigarra
con sus lunas agrietadas con su alcohol
y sus poemas

viernes, 6 de febrero de 2009



Pienso:
ojalá siempre veas en la lluvia
y en la ausencia de la lluvia
secuencias sólo de tiempo
o eso que en la escuela nos decían
que es el mar evaporado
el sudor de dos nubes chocando
incluso las lágrimas de un dios
(la tristeza no debería nunca
llegar a estos labios)
Digo:
Beso.

martes, 3 de febrero de 2009

Es cierto que la noche parece contemplarse a sí misma detrás de la ventana como exhausta -el temporal dejó gente sin casa, edificios rotos y una mortal colección de ventanas agrietadas rodeando la estación-. Pero no es esta una noche oscura del alma. Una no debe ponerse maldita cuando Fortuna le sonríe.

Sin embargo, he venido para quejarme: con cada uno de tus gestos me robas cinco o seis palabras y tengo que andar inventando sinónimos o peor, anunciando el parte meteorológico de ayer -y sus desastres-. Parece ser más fácil inventarte, amor, que describirte.

Y sin embargo, he venido para mirarte.