martes, 13 de enero de 2009

A diario vienen a mí recuerdos de mi infancia. Su visita suele ser la respuesta a un olor reconocido, a una voz olvidada, a un paralelismo, cierto o quizás muy subjetivo, con la realidad presente. Hoy el recuerdo y, sobre todo, la conclusión a la que llegué tras su visita, me hizo sentir tristeza. Y miedo.

Tenía unos diez años, supongo. En mi habitación apenas había sitio para mi cama, una pequeña mesita y, encima del mueble de cajones blancos, un pequeño televisor. Lo encendí para oírlo mientras acababa mis trabajos acumulados de la escuela (hay cosas que no cambian). De repente, oí "tercera guerra mundial" y comencé a temblar. Poco sabía de las guerras -alguna vez le había dicho a mi hermana que la palabra "nuclear" me asustaba mucho- pero comencé a temblar y solté el lápiz. Bajé las escaleras y busqué a mi padre: "¿nos va a ocurrir algo malo?", le dije, señalando con la mirada a Boris Yeltsin en el televisor de la cocina. No sé qué ocurrió después. Seguramente me compraría chocolate y yo acabaría mis deberes con el televisor apagado.

Hoy estaba dibujando, doce años después, con el televisor encendido y sólo había bombas, heridos, quemaduras. Los he oído llorar, he oído las bombas caer, las he vito estallar, y no me he estremecido. En ningún momento me ha temblado el pulso. He recordado aquel día, cuando tuve diez años y tuve miedo, y he sentido pena por todos: por mí y esta insensibilidad desarrollada, por los que están como yo -nuestro nombre seguro que es legión- y por aquellos a los que no vamos a ayudar. Es cierto, hoy no he apagado el televisor: he venido a escribir pero ¿y qué más da? ¿Esto va a cambiar algo?

5 comentarios:

Jaime Noguera dijo...

No cambiará nada, pero al menos te ayudará a dormir.

Le solicito un "Nogueritito" que me calme los celos blogueros de mi muy querido Porquero.

Chiarina dijo...

Sé cómo te sientes.
Por desgracia esta sociedad nos tiene insensibilizados... y es triste porque hace que nos parezca normal algo que es realmente trágico.

De todas formas, me ha gustado lo que has escrito!

El Porquero de Agamenón dijo...

Señorita Farrah:
I-Necesitamos una cierta coraza para no sentirnos demasiado vulnerables.
II-Ni se le ocurra usar el diminutivo con otro.
Un beso.

natalia manzano dijo...

Yo, como fui una niña de la bola de cristal, soñaba la guerra, soñaba que yo era un soldado. la bruja avería me había enseñado las bombas y lo sabía. ahora sigo preguntándome cuántas atrocidades habrá de las que no sabemos nada.

puede que no cambie nada, pero también puede que alguna cosa pequeña que alguien haga cambie a otra persona un poco y así el efecto mariposa mude un poco las cosas.

Argax dijo...

A lo mejor cambia algo en tí, a lo mejor escribir hace que te reconsruyas, que te acerques a la realidad desde tu propio punto de vista.

Hay cosas que son más grandes que el hombre pero que el mismo hombre ha creado. Es jodido. Hay veces que no podemos más que dar gracias por haber nacido donde y cuando hemos nacido, hay veces que no podemos más que conformarnos con esta conciencia de impotencia.

Un abrazo.