El viento no soplaba favorable:
escocía en los ojos
y en las yemas de los dedos
silvaba travieso
su canción de libertad
mientras los hombres
cerraban los puños con más fuerza,
como aquel cuento de la infancia
en que el sol venció al aire
y desnudó a la campesina.
1 comentario:
Me encanta todo, Fara. Todo, todo.
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